19 septiembre 2007

Otra andanada de los patrioteros que odian la convivencia

El frustrado partido entre las selecciones de fútbol catalana y estadounidense ha desencadenado un culebrón político infumable. La cosa ha adquirido tintes esperpénticos en el Congreso de los Diputados, donde varios parlamentarios enarbolaron camisolas de los combinados catalán y vasco, en tanto que otros, los españolistas, armaban un alboroto que les califica.
Hoy, con el mismo asunto por bandera, el protagonista del culebrón es el técnico responsable de la selección de fútbol de Andalucía, José Enrique Díaz, que ha aportado la que quizá es la más singular y novedosa de las teorías al decir que las selecciones de Cataluña y del País Vasco tienen «connotaciones excluyentes». ¿Usted, paciente lector/a, entiende algo?
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¿Ironía o provocación?
O el andaluz de marras es un gracioso de fina ironía --tan fina que es imposible interpretarla--, o es un provocador. Si es lo segundo:
¿A quiénes o a qué sirve?, ¿por qué echa leña al fuego de esa absurda pugna interterritorial que atizan patrioteros de todo signo y condición?
Hay quienes están empeñados en reventar las Españas: un mosaico construido durante siglos en el que han convivido --¡e intentan convivir!-- gentes de distintas religiones, lenguas y culturas.
Esos destructores de la convivencia carecen de escrúpulos, defienden intereses económicos muy determinados, se disfrazan de amantes de la cultura, ¡pero sólo es buena y correcta la de la propia tribu!
Necesitados de seguir retroalimentando filias y fobias irracionales, ponen el ventilador y acusan a todo hijo de vecino de lo que ellos mismos fomentan.
En vez de buscar salida a tanta inquina y enterrar los territorialismos satanizadores --sean españolistas, catalanistas, vasquistas, andalucistas o galleguistas-- hasta hay varios diputados y senadores que se dedican a cultivar la mala sangre y el odio.
El andaluz apellidado Díaz ha ejercido --acaso sin querer-- de paradigma de la estupidez política. Por favor, que los Díaz de las Españas lean con atención: ¡Una selección de fútbol es una selección de fútbol!, nada más.
Quienes pretenden darle otro sentido, sean tirios o troyanos, juegan con fuego, acaso premeditadamente y con fines electoralistas.
MÁS detalles, en 20minutos.

2 comentarios:

  1. Yo no entiendo nada. Supongo que los valencianos no formaremos una selección. O sí,¿por qué no? pero de falleras.

    Ni me gusta el fútbol, ni las banderas, ni las patrias, ni las religiones, ni na.

    ¿dónde se puede una ir a apostatar de ser ciudadana de un país esperpéntico, por favor?
    ¡que hartazgo!

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  2. Hombre, ¿por qué no ha de tener el País Valencià? El problema no son las selecciones sino quienes ven significados que más allá del deporte y de la legítima ilusión que a los valencianos les pueda hacer un partido en el que juegan 11 deportistas de la tierra que le dan bien al balón. Nada más.

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