07 octubre 2008

Brasil: Lula gana los comicios pero el PT sólo gana tiempo

Hace apenas un año, en la mayoría de las capitales de Occidente hubo quienes (acaso cumpliendo un guión predeterminado) consideraron políticamente amortizado a Luiz Inàcio Lula da Silva y a su Partido de los Trabajadores (PT). Erraron.
Sería absurdo decir que los lulistas han arrollado; no ha sido así, pero sí es cierto que han salido fortalecidos de la recién celebrada primera vuelta de la elecciones locales brasileñas. Es más, los votos revelan un giro a la izquierda de un sector del electorado del PT, tal como refleja el hecho de que los comunistas (PCB) hayan mejorado resultados.
El PT y sus aliados (entre los que destaca el Partido del Movimiento Democrático Brasileño) han superado el número de papeletas obtenidas hace cuatro años y, lo que es más importante, la mayoría de sus nuevos votantes los han reclutado en las urbes.
Números cantan: El PT controlaba 414 municipios y ahora tiene mayoría relativa o absoluta, o es el segundo partido más votado en 600 (habrá segunda vuelta en numerosas demarcaciones, entre las que destacan Porto Alegre, Recife y Río de Janeiro).
..
Lula en una imagen tomada en Sao Paulo (1979),
durante una concentración organizada por
el sindicato de obreros del metal
El partido mosaico
En el PT, que a fecha de hoy es más un movimiento que un partido político en el que conviven socialdemócratas, cristianos consecuentes, socialistas, trostkistas y ecologistas que además cuentan con el apoyo de partidos de centro y centro-izquierda e incluso de colectivos de corte anarquista y antisistema, sin que nadie discuta el liderazgo del singular Lula.
En contra de lo que unos temían y otros deseaban, la coalición que sostiene al PT seguirá activa, de modo que ese mosaico de voluntades seguirá adelante con un proceso que ha erigido a Brasil en el país más influyente de Latinoamérica, tanto económica como políticamente.
Aunque parezca contradictorio, el condicionante que pone en riesgo el PT-movimiento es el liderazgo absoluto de Lula; pero no por su personalidad, sino por su excesivo peso electoral y por el limitado bagaje ideológico que exige mantener unidas fuerzas tan dispares en torno a un personaje tan útil como peligrosamente endiosado.
Lula no es un estadista al uso; tampoco es un teórico, ni siquiera es un dirigente con dotes apropiadas para relacionarse con los poderes financiero, judicial y mucho menos con los medios de info-comunicación de propiedad privada.
Las democracias parlamentarias al uso exigen a los políticos profesionales grandes dosis de ductilidad y cierto grado de hipocresía, lo cual es deleznable pero es así y obligado es tenerlo en cuenta. Punto.
Lula es un tipo de extracción humilde cuyo mayor activo político y sobre todo electoral es no haberse desclasado, conocer la calle y sus miserias, tener facilidad para comunicarse con el ciudadano común y ser fiel a sus orígenes sociales y sindicales.
Esa fidelidad, unida a una probada inteligencia natural --aunque poco cultivada-- constituyen el pilar sobre el que descansa el Lula político, cuyos atractivos pesan más que los del PT en su conjunto, cuyos cuadros han mejorado, cierto, pero no lo suficiente para redimensionar el papel de su líder.
De hecho --al igual que otras organizaciones pero por motivos bien distintos--, el PT había abordado estos comicios locales con la esperanza de descubrir y poner en valor líderes con gancho para planificar el futuro del partido con Lula ejerciendo de pater familia, poniendo el motor en manos de un equipo menos condicionado por el bienintencionado pero a veces ingenuo sindicalista. No ha sido posible.
..
La derecha, sin líder claro y dividida pero con mucho dinero...
Mientras tanto, el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), liderado por el ex presidente Henrique Cardoso (centro-derecha), amenaza con dividirse más de lo habitual.
La principal causa del declive del PSDB radica en que hace oposición por hacer oposición; sus digentes más locuaces acostumbran a basar las críticas al Ejecutivo en sucesos puntuales (accidentes, disturbios, delincuencia) que están vinculados a las contradicciones y desajustes sociales que acusan Brasil y cualquier otro país del América Latina y que, por tanto, son total o parcialmente ajenos a la gestión de gobierno.
También ha beneficiado al PT y al propio Brasil en general la actitud de Cardoso, cuyos criterios son de más alta calidad democrática que la de su propio partido y muy alejados de las furibundas y cainitas oposiciones a las que hacen frente los presidentes Correa en Ecuador, Morales en Bolivia, Chávez en Venezuela o Cristina Fernández en Argentina, países donde Washington tiene amigos más viscerales y populistas.
Los prudentes criterios de Cardoso son criticados por los derechistas José Serra (líder del PSDB en Sao Paulo) y Aecio Neves (hombre fuerte del PSDB en Minas Gerais), que denuestan a Cardoso y pugnan entre sí hasta el punto de que hay quienes dan por hecha la división del partido.
Sin embargo, a la vista de los resultados Serra y Neves bien podrían aliarse para reconducir el PSDB, enterrar definitivamente el centrismo de Cardoso y ejercer una oposición agresiva al estilo de los antichavistas o de los segregacionistas de Santa Cruz que desestabilizan Bolivia.
Nadie se atreve a vaticinar que ocurrirá en el PSDB, ni siquiera sus cuadros, que todavía no han digerido la conmoción que han vivido en Sao Paulo (la demarcación más poblada de Brasil, con más de 8 millones de electores), donde el autoritario y admirado Gilberto Kasab ha perdido votos frente a Marta Suplicy (PT).
Lula ha incrementado su apoyo popular, pero el PT sólo ha ganado tiempo y la derecha parece definitivamente dispuesta a ser derechona.

INFORMACIÓN puntual, en el especial Eleiçoes 2008, en O globo.    
..    
ACTUALIZACIÓN (27 octubre 2008):
La segunda vuelta de las municipales brasileñas ha limitado la victoria del PT, que no ha logrado arrebatar a la oposición el control del principal ayuntamiento del país, Saô Paolo, ni tampoco ha ganado en Porto Alegre, ciudad simbólica para el movimiento que lidera el PT de Lula da Silva. Más detalles, en Público.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

NOTA: ImP no publica injurias ni imputaciones de faltas o delitos sin aportar pruebas ni referencias judiciales o sentencia.
Sólo serán publicados los anónimos que a criterio del administrador sean de interés.