08 febrero 2009

El general Villegas arroja luz sobre el genocido en África Central

Los 6,5 millones de muertos habidos en la región africana de los Grandes Lagos (Oriente del Congo, Burundi, Ruanda y Uganda) en los últimos quince años es la más grande de las vergüenzas humanas del último medio siglo, sin menoscabo cualitativo de las habidas en Camboya, Chechenia, Costa de Marfil, Darfur, Irak, Liberia, Nigeria, Somalia, Vietnam o Yugoslavia.
El general español Villegas, que en su día renunció a dirigir la fuerza internacional (cascos azules) que Naciones Unidas envió a la zona ha revelado algunas de las claves que constatan las incapacidades, ¡todas ellas de origen político!, que han condenado al fracaso las iniciativas pacificadoras de Occidente en el corazón de África.
¿Por qué? Porque los gobiernos de los países ricos han acabado siempre relegando a segundo plano el asunto para no dañar los intereses económicos de las grandes compañías dedicadas o relacionadas con la obtención de materias primas baratas. De modo que las máquinas de matar siguen engrasadas y, en parte, activas.
La primera sorpresa del general Villegas cuando se incorporó a su destino fue enterarse de que sólo diez días antes, sin que nadie se lo hubiese advertido, la Momuc [la dirección política de los casos azules] y el Gobierno de Kinshasa habían firmado el llamado Plan de Separación, que fijaba una zona desmilitarizada entre las tropas gubernamentales del presidente Kabila [presidente del Congo] y las milicias de N'Kunda. Los cascos azules se comprometían a imponer su aplicación a la guerrilla, con la que Kabila se negaba a negociar.
«Dicho plan equivalía, en mi opinión, a un caso claro de misión a la deriva o fuera de control ["mission creep", en el orginal, en inglés]. Se trataba de aplicar presión militar sobre grupos armados a través de acciones ofensivas para las cuales las tropas de Monuc no tenían mandato ni capacidad. De hecho, dicho plan estaba totalmente divorciado de la realidad», ha testimoniado el general Villegas.
Pulse y lea: «No tenía otra opción que dimitir. Era mi deber» y lea el texto completo, merece la pena.
CON ANTERIORIDAD:
"El corazón de África sangra vidas... ¡y minerales!".
Sobre el origen de la mayoría de las guerras y de la miseria existentes en el planeta, lea "Blog Action Day: ¿Por qué hay tanta pobreza?".

1 comentario:

  1. He leído tu post y el artículo que enlazas en EL PAÍs. Es cierto, merece la pena. Y me anoto el nombre, Villegas.

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