01 noviembre 2009

Díaz Ferrán pesca en río revuelto y lidera la patronal insaciable

Nadie duda de la capacidad del presidente de la gran patronal, Gerardo Díaz Ferrán, para torcer la realidad e incluso para crear realidades paralelas. Ya lo demostró con creces en la última edición del programa de TVE Tengo una pregunta para usted, donde hizo un regate para no explicar cómo es posible ser líder y ejemplo de empresario arrastrando una millonaria deuda con Hacienda.
Y para redondear la semana, en la edición de hoy de El país el número uno de la CEOE vuelve a demostrar su capacidad para el regate. Durante la entrevista que publica el rotativo madrileño y a propósito del despido libre y de una hipotética reforma laboral, Díaz Ferrán dice:
«Nosotros nunca hemos dicho eso [pedir una reforma laboral], ni mucho menos que queremos el despido libre. Lo que proponemos es que los contratos temporales que tienen indemnización de ocho días por año trabajado en caso de despido, pasen a ser indefinidos con 20 días. Es decir, proponemos aumentar el coste del despido y que los que están parados y vuelvan a encontrar trabajo no tengan un contrato temporal de ocho días de indemnización, si no uno de 20 días.
«¿Por qué decimos esto? Porque tenemos que conseguir que el pequeño y mediano empresario, que es el que crea el 85 % de los empleos, se anime a contratar. Y la realidad es que le es imposible hacerlo con 45 días de indemnización».
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Viñeta de J·R·Mora
Juego de palabras para confundir
De entrada, conviene puntualizar que cambiar la legislación y la normativa que regulan los contratos laborales y aumentar o reducir las indemnizaciones por despido es hacer una reforma laboral. Afirmar que esos cambios no constituyen una reforma laboral es un simple juego de palabras. Un ardid verbal de Díaz Ferrán. Otro más.
La reforma que propone el presidente de la CEOE es, además, un absurdo porque elude la raíz del problema: La existencia de cientos de miles de contratos temporales para cubrir puestos de trabajo fijos.
La legislación y normativa vigentes --cuya injusticia radical es imputable a los diputados y a sucesivos gobiernos, no a los empresarios-- permiten esa y otras iniquidades, como la existencia de decenas de miles de autónomos que sólo tiene un cliente, una empresa, de modo que son falsos autonómos... Pero ese ardid sirve para que numerosas empresas ahorren costes sociales y engorden beneficios.
Esos dos ejemplos (los autónomos y los trabajos temporales que no son ni una cosa ni la otra), unidos a otros que es imposible enumerar en una bitácora resumen con fidelidad los males que caracterizan el mercado laboral español. La reforma que ahora propone el líder de la CEOE es un brindis al sol.
No hace falta ser einstein en Derecho laboral para saber que para reducir la temporalidad --que es la causa del 90 % de la precariedad-- sólo es necesario adoptar una medida, una sola: Que los contratos temporales sólo sean permitidos cuando el trabajo a desarrollar sea realmente temporal.
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Ya hay despido libre. Lo que piden ahora es que sea gratis
La legislación y normativa laborales españolas constituyen un cuerpo legal originalísimo en la Unión Europea porque, entre otras cosas, siguen arrastrando las perversiones del franquismo, entre las que destaca el falso proteccionismo del que goza el trabajador. Falso porque ¡en España sí hay despido libre!
Me explico: Un empresario despide a un empleado sin motivo ni razón y, en último término, aunque la Justicia sentencie que la medida es improcedente --o sea, contraria a Derecho-- el asalariado se queda sin trabajo porque el empresario paga la indemnización y punto redondo.
Si la CEOE fuera una patronal de corte europeo propondría que la única salida legal para el despido improcedente fuera la misma que en la mayoría de países de ¿nuestro entorno?, de modo que el asalariado despedido ilegalmente se reincorporara a su puesto de trabajo y punto.
Si el líder de la gran patronal optara por razonar en lugar de retorcer las palabras, se podría hablar de reformar con rigor y sin meandros el mercado laboral.
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La gran patronal española añora los años cuarenta
Pero el objetivo de la CEOE, así como de las asociaciones de empresarios que la apoyan, no es racionalizar y europeizar el mercado laboral, sino añadir remolinos en el río revuelto en el que se ha convertido el mundo del trabajo en la ¿europea? España.
En España el trabajo, además de infravalorado, a veces incluso está mal visto. Prueba de ello son los eufemismos legales (el despido libre se llama improcedente con indemnización) y que un puesto de trabajo fijo pueda ser ocupado cada año o cada tres meses por un asalariado diferente.
La lista de absurdos que machacan a los trabajadores y empobrecen al país es imposible de resumir, hay de todo, desde ejecutivos y mandos intermedios cuyo principal objetivo es conservar prebendas, hasta contratados en prácticas que ejercen de asalariados al 100 %; pasando por las aproximadamente tres millones de horas extras ilegales que se hacen cada mes, por las decenas de miles de jóvenes condenados a la precariedad, o por las cotizaciones que se abonan a la seguridad social en las que consta un 20, un 30 y hasta un 50 % menos de lo que realmente cobra el asalariado... La lista de aberraciones es larga y vergonzosa, tanto como la entelequia llamada Inspección del Trabajo.
¿Qué pretende la gran patronal?: Marear la perdiz para que todo siga igual.
Díaz Ferrán no se atreve a decirlo, pero es fácil vislumbrar lo que esconden sus argumentos: Quieren que el despido libre, ¡que ya existe!, sea gratis y que la mayor cantidad posible de asalariados sean contratados temporales.
ENLACE a "El PP ha asumido nuestras recetas", entrevista a Díaz Ferrán, en El país.

1 comentario:

  1. Excelente artículo, Félix. Me deja pensando hasta qué punto éste estado del mercado laboral no fomenta la desconfianza mutua entre empleado y empresario y hasta qué punto esa desconfianza no contribuye de alguna manera -aunque no tenga que ver directamente con el asunto del artículo- con la baja productividad que hay en la economía española. saludos.

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