30 septiembre 2010

Huelga general: La movilización sindical fue contundente, pero el seguimiento desigual

El seguimiento ha sido notable en la industria y en las grandes empresas,
ha tenido efectos menores en los servicios y prácticamente nulo en la pymes  
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Desde un punto de vista político y a tenor de la apatía social que reina en España (por no decir suicidio colectivo), la convocatoria de huelga general ha tenido un notable éxito porque ha evidenciado que no todos los trabajadores pasan de su futuro; aunque es evidente que un alto porcentaje están instalados en la resignación y el individualismo.
[La mayoría de los españoles siguen creyendo que el futuro de las personas es fruto exclusivo de las decisiones y de las acciones individuales; creencia, sin que esto sirva de consuelo, que va en aumento en todos los países de Occidente. El engrandecimiento del ego (individualismo, autosuficiencia, asociabilidad y otros "atributos") es uno de los grandes éxitos del poder]
Desde un punto de vista sindical es obligado destacar que los aparatos de las centrales han realizado un esfuerzo titánico, lo que merece máximo respeto, incluso aplauso, pero ese esfuerzo evidencia que la vanguardia sindical se ha visto obligada a compensar la escasa colaboración de numerosos delegados, los lavados de manos de demasiados comités de empresa.
No se dispone --ni creo que se llegue a disponer-- de información suficientemente detallada (escribo esto a las 5:30 horas del jueves), de modo que cifrar el seguimiento tiene un valor relativo. Pero a la vista de lo que reflejan los medios consultados [medio centenar, de los que se ofrecen algunos enlaces al pie de este post], la convocatoria habría gozado de:
1. notable eco en la industria y las grandes empresas (entre las que cabe incluir las de servicios);
2. repercusión media en la mayoría de los servicios;
3. seguimiento bajo en el sector primario (salvo en la minería, donde la huelga ha sido casi total), y
4. efectos prácticamente nulos en el pequeño comercio y las pymes en general.
No obstante, conviene dejar constancia de que en torno a ocho millones de trabajadores (entre seis y diez millones, según las distintas fuentes) participaron en la movilización, unas veces de forma puntual, otras durante varias horas, en tanto que un tercer grupo la secundó al ciento por ciento.  
Por último, cabe destacar que las manifestaciones, marchas o concentraciones registraron una elevada participación, sobre todo --como casi siempre-- en las ciudades donde hay industria y singularmente, en Barcelona; pero conste que en la comunidad autónoma donde más ha calado el llamamiento en términos relativos es Asturias.
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CRÓNICAS e informaciones de interés:   
GALICIA CONFIDENCIAL, "Os labregos viven una folga xeral diferente",   
PERIODISMO HUMANO, "29S: Historias en huelga",   

1 comentario:

  1. Durante la década de los 80 en la Argentina, cada intento de Raúl Alfonsín de tocar la ley sindical, la ley laboral o de privatizar las empresas nacionales fueroon obstaculizados y frenados por manifestaciones numerosísimas y huelgas respetadísimas. Luego llegó Menem y, en parte debido al pasaje de numerosos sindicalistas al terreno político y en parte por su poder de convencer a la gente que uno y solo uno es quien forja su destino, triunfó donde Alfonsín había fracasado. Menem flexibilizó la ley laboral, lo que nos llevó a un desempleo del 20% y privatizó las empresas del estado a cambio de cantidades paupérrimas y no hubo movilización ni huelga que le moviera un pelo o evitara su reelección.

    El sistema de Menem para conseguir esto era muy sencillo: Poner al trabajador contra el trabajador, esto es, criminalizar al huelguista.

    Romper la idea de que ser solidario es bueno, los trabajadores dejaron de ser solidarios unos con otros para pasar a defender, en lo posible, su propio y reducido cotarro.

    Viejo sistema el de divide y vencerás.

    España se está argentinizando, sus trabajadores comenzarán a saber lo que es un estado sin seguridad social, sin un sistema de pensiones justo y equitativo, sin un trabajo estable y duradero. Las empresas comenzarán a tener el poder de hacer lo que les venga en gana, y los trabajadores no abren los ojos para ver las consecuencias de su desidia, de su dejadez o de sus criterios.

    Decir hoy que no le daré el apoyo a un sindicato porque todos son corruptos, decir que los sindicalistas vienen ahora a decirme que estamos en problemas, que se jodan... es agua de borrajas.

    La verdad pasa por el hecho de que los trabajadores españoles han sido "jodidos" por un gobierno socialista, que el socialismo español empieza a dar sus pinitos en pro de los intereses de la mediana y gran burguesía.

    Y la próxima movilización no será, mayoritariamente, de trabajadores, sino de desempleados.

    Un abrazo.

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