08 enero 2011

Ante la amenaza de quiebra, la Casa Blanca huye hacia delante

Que la de Estados Unidos es una economía en gran medida virtual es evidente desde hace años y años. La Reserva Federal (banco central) de EE UU imprime dinero con tanta asiduidad que hay billetes verdes almacenados en cantidades industriales en casi todos los bancos públicos y privados del mundo; almacenamientos que en un alto porcentaje carecen de respaldo económico (productivo) real.
Desde hace al menos tres decenios, imprimir dinero ha sido la solución a casi todos los problemas financieros y presupuestarios de EE UU, ¡además de guerrear!, a lo que se suma su política de rapiña (apropiación legal de bienes naturales de otros países) y un resorte al que Washington recurre de forma sistemática: el consumo, táctica esta que la pacata Unión Europea sigue relegando --máxime en España, paraíso occidental de los salarios miserables-- y que en economía capitalista es fundamental porque permite mover el dinero.
El secretario (ministro) del Tesoro, Timothy Geithner, ha sido claro: «Estados Unidos está al borde de la insolvencia», ha reconocido esta semana. Motivo por el que el ¿progresista? Barack Obama ha recurrido a lo mismo que Bush y sus antecesores: Solicitar a la Cámara de Representantes un aumento del techo legal de la deuda pública --que actualmente está cifrado en 14,3 billones de dólares--; es decir, ¡imprimir más dólares!
Si el congreso no autoriza ese incremento, EE UU deberá recortar gastos y, entre estos, figura con letras de oro el dinero destinado a políticas sociales.
Sea blanco, negro o mulato su inquilino --¡que más da!--, nada ha cambiado en la Casa Blanca.
Además, el 30, el 35 o a lo sumo el 40 por ciento del censo electoral que acude a votar --el porcentaje rara vez es superior-- sigue apostando por las tres herramientas económicas que Washington aplica a piñón fijo tras la segunda guerra mundial: consumir, dejar la iniciativa en manos del complejo financiero-militar, e imprimir billetes... ¡Les encanta imprimir billetes!   
El perverso sistema por el que es elegido el jefe de Estado y del Ejecutivo de EE UU tiene razón de ser.
La recién estrenada mayoría en la Cámara de Representantes ha confirmado esas y otras esencias del imperio.

2 comentarios:

  1. Lo malo del asunto es que su desaguisado lo estamos pagando todos, y seguiremos pagándolo hasta que el tinglado se venga abajo. Luego... se inventarán otra guerra o vaya usted a saber qué. Siempre encontrarán algún culpable al ritmo de barras y estrellas.

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  2. Realmente la cosa se está poniendo mal, muy mal. Y no estoy seguro que la mayoría de las personas que habitan a nuestro alrededor se den cuenta de lo que está ocurriendo de verdad, más allá de los agobios del dia a dia. Incluyo en este grupo mayoritario de "ignorantes" a buena parte de la clase política y en parte económica que nos gobierna y dirige en el ámbito regional y local. Por cierto que el otro día me enteré que buena parte de la dinámica especulativa en la que estamos metidos se debe a las máquinas. Sí, parece que los antaño agresivos brokers están siendo sustituidos por máquinas que de forma automática, previamente programadas, se dedican a rastrear todos los precios de las materias en las que está interesada la entidad para la que "trabajan" realizando millones de operaciones de compra/venta en cuestión de segundos en función de los precios y de las órdenes recibidas. ¡Estamos en manos de máquinas al servicio del capitalismo más salvaje!. Esto no puede acabar bien.

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