24 febrero 2012

La gran patronal fomenta la patraña de que entre los parados subsidiados abundan los caraduras

El pasado mes de septiembre el ¿socialista? José Bono comentó que «hay parados que no se encuentran incentivados para encontrar trabajo»... Pero aparquemos el caso Bono. Hace unas horas el número uno de la patronal CEOE, Juan Rosell, ha dicho algo similar: "Como aquí el subsidio dura hasta 24 meses, la gente encuentra trabajo milagrosamente cuando falta un mes o dos para agotar el subsidio. Esto quiere decir que no está funcionado del todo bien" [información puntual, en Público].
Aparte de las enseñanzas que cabe extraer de que las manifestaciones del ¿socialista? y del patrón de patrones coincidan... ¿hay errores o son actitudes?:
1. Recurren a la falacia para ocultar lo que todo el mundo sabe;
2. Viven fuera de la realidad, o
3. Ambos actúan con la interesada intención de crear la percepción social de que un alto número de parados subsidiados son unos caraduras.
Veamos:
1. Recurren a la falacia para ocultar que los salarios que pagan numerosas empresas españolas son tan bajos que a un subsidiado que recibe 700, 800 o 1.000 euros al mes, máxime si tiene familia, no le interesa ser contratado por 500, 600 o 700 euros; motivo por el que espera hasta el final del período para aceptar uno de los puestos de trabajo depreciados y malpagados que ofrecen tantos y tantos empresarios;
2. Viven fuera de la realidad, pues al parecer desconocen que más del 50 % de asalariados españoles perciben menos de 1.200 euros mensuales netos; y
3. También cabe la posibilidad de que uno y otro, el ¿socialista? y el patrón de patrones, estén interesados en fomentar creencias populares y "populares" para que el Gobierno imponga condiciones leoninas para percibir el subsidio de paro, de modo que los desempleados se vean obligados a aceptar salarios cada vez más bajos; lo que redundaría en la reducción de costes productivos y en el incremento de los beneficios empresariales.
Está visto que todo vale con tal de ocultar que el salario medio de los españoles es vergonzoso.
No obstante, más frustrante que la actitud de Bono o Rosell es el hecho de que de un tiempo acá aumente el porcentaje de ciudadanos que dan por ciertas sus tesis. El sostén ideológico del capitalismo made in Spain es así de burdo, depredador y débil --aunque parezca lo contrario.
[Desde hace años, ya antes de que explotara la crisis financiera a finales del 2007, va en aumento el porcentaje de empresarios y de inversores en economía productiva que basan su éxito en pagar salarios tercermundistas o en invertir en países donde los costes sociales son más ventajosos. Prueba de ello es, por poner un ejemplo, que se cierren talleres del textil en España --la patria de la exitosa Inditex-- para deslocalizar la producción a Marruecos. Hay decenas y decenas de ejemplos]
¿Socialistas? estilo Bono y patrones con escrupulosa apariencia de persona cabal estilo Rosell son los encargados de crear lo que en rigor se denomina "superestructura ideológica". La suya es una tarea fundamental para que un elevado porcentaje de los ciudadanos (y de los votantes) consideren ciertas las falsedades. A su vez, numerosos medios de información se encargan de reproducir esa y otras simplezas, ora adornándolas para que suenen mejor, ora repitiéndolas una y otra vez hasta darles marchamo de verdad indiscutible.
¿Qué parado subsidiado que sea sensato acepta un salario de 600 o 700 euros por 40, 45 o 50 horas de trabajo semanales a cambio de dejar de cobrar un subsidio equivalente que además le permite sacar algo aquí y allá? 
Lógicamente, ninguno.
En fin, Rosell nos toma por tontos, miente a sabiendas de que lo hace, o acaso está convencido de que con uno o dos hijos y menos de 1.000 euros mensuales se puede vivir dignamente.
¿Y Bono? Bono merece desprecio político porque la suya es una actitud doblemente indigna, pues la viste con las siglas y O.

1 comentario:

  1. Pero si no tiene más que mirar en las reuniones de su organización para ver la de elementos de la misma especia que hay.

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